10.9.12


Un cuerpo sano es un cuerpo que está en sintonía con la tierra. Es un cuerpo  que sabe qué alimentos le hacen bien y cuales le intoxican. Un cuerpo que hace ejercicio físico y que mantiene su flexibilidad, que se expresa, que toca y  se deja tocar; o mucho mejor, que acaricia y abraza, y que se deja acariciar y abrazar. Un cuerpo que canta, que danza, que juega, que ríe y que llora. 

Es alguien que no teme a sus emociones, que no las retiene y las deja fluir, como fluye un río de montaña, como van y vienen las olas del mar. Si son emociones negativas busca y encuentra la forma de expresarlo sin dañar al otro, sin descargar en otra persona. Comprende que los miedos siempre estarán allí, pues son parte de nuestra naturaleza. Igualmente actúa y no deja que los miedos lo paralicen. Si es una sonrisa no teme expresarla, se conecta con la alegría. Alinea lo que piensa con lo que dice, y con lo que hace. 

Disfruta el silencio. Ante aquello imposible de cambiar, no lucha con el destino y lo acepta. Dice Sí a lo que la vida le presenta. Tiene Sueños y comprende que la fuerza y el poder de realizarlos existen en sí mismo. Es alguien que vive su espiritualidad sin ser sinónimo de religión. Alguien que comulga con la Naturaleza, capaz de ver lo sagrado en un atardecer, en el sonido del viento o en las hojas de un árbol. 

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