2.12.10

Un Cuento para las Mujeres de Eivissa






Hubo un tiempo muy remoto donde la sociedad se conformaba en torno al poder político, social y religioso de las mujeres; este tiempo ha sido llamado el Matriarcado.

En estas comunidades el liderazgo estaba basado en la directriz proveniente de un círculo de mujeres.

(Entre estas comunidades) Anidaba un sentimiento de cooperación que les permitía compartir los bienes de forma equitativa y para el bien de los hijos.” La conexión profunda con las fuerzas de la naturaleza hacía que el sacerdocio femenino manifestara sus cualidades de poder místico comulgando con los elementos propios de la vida del entorno, desarrollando una unión profunda con los elementos de la vida: agua, aire, tierra, fuego, no sólo en su aspecto funcional sino también en su aspecto espiritual; de tal manera que todo fluía en un extraordinario equilibrio, en un balance donde la naturaleza era profundamente respetada y venerada.

Un aspecto desequilibrante, sí existía, en este tipo de comunidad la figura masculina carecía de relevancia, su participación se reducía a la procreación de hijos, como una aportación a la comunidad matriarcal, y a la utilización de su fuerza en el trabajo. Los hijos eran descendencia directa de la madre que los procreó, no involucraban la línea paterna; los varones depositaban su semilla en el útero femenino tal y como una semilla se deposita en la tierra: la única y verdadera importancia la constituía el hecho de que el hijo provenía de una mujer. La valoración con respecto a los atributos masculinos se deslucía ante la exaltación de las cualidades del matriarcado.

Como un axioma (verdad evidente) para este y cualquier caso, cuando un grupo ostenta el poder, sobre todo si es absoluto, resulta comprensible que el grupo antagónico experimente la sensación de desequilibrio que necesariamente conlleva a la rabia, frustración, sentimiento de injusticia, desesperación, etc. Después de un tiempo de vivir bajo las condiciones referidas, los hombres se emanciparon y no dudaron en expresar la profunda ira que la opresión les había generado; valiéndose de su fuerza física entraron en los santuarios de la Diosa y destruyeron todo a su paso, se adueñaron del poder político y económico y tomaron a la mujer como rehén. El fenómeno se multiplico simultáneamente en muchas comunidades del planeta. Todo aquello que había sido grandioso para la Diosa, para la mujer, fue trastocado y esencialmente desvirtuado, al grado de que cuando el poder masculino ascendió, todas las estructuras del matriarcado fueron demolidas.

De la religión femenina donde la naturaleza era el templo se cambió a la construcción de santuarios donde regían leyes. Normas y adoctrinamientos que señalaban de manera precisa y contundente la conducta del ser humano, se desterraba así el espíritu libre, la oración constante de la vida cotidiana que concibe la mujer. Los nuevos libros sagrados hablaban de las mujeres como un animal venenoso, mentiros, que lleva a los hombres a la perdición; un ser de tentaciones y de malignidad.

La mujer sometida por la fuerza sólo experimentaba miedo ante el poderío masculino, y se fue replegando en lo más oculto de su propia existencia......

Aquellos elementos propios del cuerpo femenino que nos dan vida y luz como es la menstruación, se transformó en un concepto vinculado con el pecado, la culpa el castigo y se la represento como dolorosa, cuando es un proceso natural de la vida que implica el contacto de la mujer con su propia feminidad, la experiencia de una profunda dicha y de un gran poder espiritual. Más todo aquello que constituía un despliegue de las cualidades femeninas fue cortado de tajo, imponiéndose conceptos que han ocultado por cientos y miles de años la verdadera naturaleza de ser mujer.

El flujo menstrual

La sangre proveniente del útero de la mujer en el momento de la menstruación no es por ningún motivo un líquido de desecho o desprovisto de energía que ha de ser tratado con desprecio o rechazo, por el contrario, es un líquido conformado con los mejores nutrientes de nuestro cuerpo ya que el endometrio se formó para formar un nido cálido donde el germen de la vida pudiera florecer, pero cuando esta posibilidad se pierde el líquido sigue manteniendo su capacidad nutritiva cuando sale del cuerpo de la mujer. A través de él no solo viaja la sustancia nutritiva sino también energía de alta vibración, la presencia divina que vive en la mujer.

El flujo menstrual es un líquido sagrado, a través de él la mujer puede bendecir, sanar, purificar y crear la medicina que ayude a curar al planeta Tierra.

Las mujeres de la antigüedad sabían los múltiples usos que la menstruación tenía, y en sus rituales este líquido sagrado era de trascendental importancia. Existía la conciencia de que la Madre Tierra necesitaba de los átomos vitales que existen en la sangre para que su núcleo de energía los absorbiera en su seno, los reactivara y los devolviera de regreso como ondas de vida y prosperidad.

Las mujeres de la antigüedad tenían la costumbre de depositar su flujo menstrual en la Madre Tierra dándole las gracias por la vida y pidiendo por abundancia y fertilidad. Así se formaba un circuito de comunión profunda entre la Mujer y la Tierra.

Cuando acaeció la gran rebelión masculina y se desvirtuó a la mujer y su aportación a la sociedad, los sacerdotes sabían que tenían que ofrecer sangre a la tierra, pero al no tener ya la disposición del flujo menstrual comenzaron a ofrecer sangre de sacrificios dentro de los altares a los dioses. Así empezó acorrer sangre llamando a la fertilidad de la tierra, pero esa sangre cargada de miedo, dolor, ira y resentimiento produjo más de los mismo, y el mundo se llenó de terror, dolor guerras y enfermedades. El sacrificio a través de la sangre de humanos o animales no tiene la misma cualidad que la sangre menstrual ofrecida con amor y gozo, en comunión espiritual como la ofrecían las mujeres desde el altar puro de sus corazones.

Ahora sabemos que la función del flujo menstrual es importante para crear un nuevo balance con respecto a lo que queremos ver manifestado sobre la Tierra; por lo tanto hacemos un llamado a las mujeres que tienen conciencia del líquido sagrado que viertan mes a mes su sangre en la Madre Tierra pidiendo con la oración de su corazón que esa sangre portadora de átomos de luz y vida sea absorbida y multiplicada ilimitadamente, trayendo abundancia, paz y armonía para toda la humanidad.


Adaptación de la Diosa Viviente de Eugenia Casarin

19.1.10

Círculo de Danza Transformadora




Un Domingo al Mes de 16.30 a 18.30 h.
Punto de encuentro Atrium Gestalt, calle Diputació 161.
www.atriumgestalt.com

I know that circles are vehicles for healing and change. I wrote this email to get the word out. Spread the message to others. Wherever you are today, tomorrow, next week--bring people (include the children) together to form circles. if you are in a group, transform it into a circle, if you are already in a circle, get together. In response to the destruction of buildings, families, lives and everyone's sense of security, this is something you can do to help. A circle is a healing and connecting prescription accessible to everyone. Every family, any group of people anywhere can form one.
Jean Shinoda Bolen